El pintor barcelonés Joan Parramón nos abre las puertas de su taller para una entrevista enriquecedora y un tanto mística, rodeados de cuadros, colores, elementos y texturas. El dedicarte a la pintura ha sido un giro importante en tu vida. ¿Qué motivó este cambio? Empecé a pintar con 30 años porque estaba en una época de búsqueda y de experimentación. Hasta entonces nunca había tenido la pintura muy presente. Empecé pintando sábanas, “ensuciaba” telas y me divertía pintando. Un día vino una amiga a casa y me propuso llevarme al taller de Gonzalo Beltran, un pintor sevillano. Esta época fue mágica, vivía en la calle del Arte, en Barcelona. Me impactó mucho el taller y entonces me apunte a sus clases. Fue una formación muy intensiva ya que estuve entre 3 y 4 años trabajando varias horas al día. A partir de ahí estuve alternando la pintura con otros proyectos, hasta que me surgió la oportunidad de montar un taller con otro pintor. Fue incrementando mis horas de trabajo, dedicación y exposiciones hasta que me sintiera en un momento de mi vida muy interesante para dar el salto definitivo y dedicarme plenamente a la pintura. ¿A día de hoy cómo te definirías como pintor? Soy de trabajar mucho y me gusta pintar por series. Cuando estoy metido en un tema, soy muy espontáneo, me gusta que la pintura surja del mismo cuadro. Al empezar puedo tener una idea, pero me gusta experimentar. Dejo mucho lugar a la improvisación. Lo que más me gusta es cuando surge algo del cuadro que sirve, que es valido, que es un poco mas bueno de lo hecho hasta entonces y es en este momento cuando siento que tengo que darlo por terminado. Sueles re-trabajar varias veces tus cuadros. ¿Cuándo sabes que para ti, la pintura está acabada? No lo termino de saber nunca. Con los años vas cogiendo profesionalidad y ves que tus cuadros te exigen un cierto nivel. Me gusta mucho una frase de Barceló que decía algo como “cuando termino un cuadro, siempre le pongo algo más para romper”. Lo que sabes hacer, ya lo conoces, pero es interesante atreverse a hacer algo diferente y añadir alguna incógnita. Por ejemplo, en una de mis series que representa los 4 elementos incorporé trozos de papel transparente en mis cuadros: es el punto final, el acabado. También es cierto que a veces necesitas terminar el cuadro porque hay otros que necesitan tu atención, o por aburrimiento… En fin, igualmente puede ser que mañana me los vuelva a mirar y los re-trabaje… A menudo los cuadros que menos me gustan son los que uso para “romper”, meterme más a fondo y experimentar. Tienes series de árboles, de montañas, de flores y otras pinturas más abstractas. ¿Qué es lo que prefieres pintar? Estas series, como la del Mediterráneo, de los árboles y de las montañas, las hice como una obligación interior. Necesitaba trabajar sobre la naturaleza pero ahora mismo necesito irme hacia lo abstracto e investigar el color, las formas y las sensaciones que te dan. Me inspiro mucho en los pintores abstractos actuales. Me apasiona el paso del impresionismo a la abstracción en Kandinsky o toda la abstracción americana con Philip Guston, Jackson Pollock, Willem de Kooning… Yo estoy en un momento en el cual intento trabajar la abstracción teóricamente y prácticamente. Por otro lado, mi serie de desnudos es densa y a lo largo de los años los he ido terminando en diferentes formatos (blanco y negro, tinta china). Ahora mismo la siento vinculada bastante con el tema de la abstracción, como lo hizo De Kooning con su serie de desnudos de mujeres. Ahora estoy en un momento más tranquilo; me gusta leer, reflexionar, investigar. Lo que tenía pendiente de salir de mí ya ha salido, ahora quiero investigar más.
¿Cuál es tu referente en el mundo de la pintura? Tengo bastantes. Hice una serie llamada “Viaje a Samarkanda“ y me identifiqué mucho con Henri Matisse y Odilon Redon, el simbolista francés. Nuestro maestro trabajaba mucho sobre la base de Velázquez, Goya, Rembrandt. Me costó mucho salirme de lo clásico, pero ahora con la abstracción me gusta mucho Philip Guston, Sam Francis… ¿Si pudieras volver al pasado, volverías a la época del impresionismo, del cubismo o del simbolismo? Disfrutaría mucho con el impresionismo, el expresionismo alemán y el americano. Ahora me quedaría en los años 50-60 en la abstracción americana con Pollock, Guston, Rothko y Hofmann. Me parece un momento crucial en la historia de la pintura. En tus obras, ¿qué quieres transmitir con tantos colores? A menudo, la paleta de colores es el resultado de la experimentación. En mi serie “Diálogo de partículas antes de la creación”, he usado acrílico y tintas de imprenta… Intentaba meterme en el cuadro y ligar los colores. Pero no suelo complicarme la vida, voy trabajando con la paleta de colores y también uso mucho las texturas. Depende bastante de mi temática.
Tienes tu taller en el espacio NauArt desde noviembre del año pasado, ¿qué tal te sientes aquí? Es un sitio muy creativo, hay mucha emulación entre artistas. Hay artistas con quienes colaboras más por afinidad artística, pero hay otros que tienen estilos diferentes y que te aportan muchas cosas. La pintura es un oficio muy solitario. Es necesario claro, pero es muy interesante poder hablar con más gente. Y así montas proyectos: con otros pintores montamos el día internacional de la pintura, participé en “Arte Sin Fronteras” y ahora intento montar “Barcelona Abstracción”. ¿Qué proyectos tienes actualmente? Este año, he buscado conscientemente trabajar con mas vision de futuro y elaborar relaciones fuertes con las galerías de arte. Me planteé desde hace varios años el hecho de exponer en galerías, con exposiciones tanto individuales como colectivas como lo hice en la Paspartu y en Red 03 Art Gallery. En octubre inauguraré una exposición individual en el centro cultural de Barradas. El año pasado después de mi vuelta de Nueva York me sentí un poco congelado a nivel artístico, y por eso empecé a trabajar mi parte más abstracta con la serie “Diálogo de Partículas” y presentarla seriamente a las galerías. En NauArt también vienen galeristas y coleccionistas, espero que de aquí salgan cosas. Además, estoy trabajando para ferias internacionales con Walrus y he montado una nueva web. ¿Hay un sitio en Barcelona donde te gustaría exponer en particular? Las galerías de Consell de Cent y de Enric Granados son interesantes, como por ejemplo la galería 3 punts o la galería Contrast. Pero tampoco tengo una galería predefinida. De hecho estoy buscando galerías que trabajan con el arte abstracto. ¿Qué sabor tiene tu obra? Está entre el dulce y el amargo. De hecho, soy vegetariano y en la alimentación, me interesa el sabor pero también el contenido, la calidad y el origen, buscando un producto ligado a la naturaleza y al misticismo. Pasa lo mismo con mis obras. Cada serie que trabajo puede tener un sabor diferente… No soy capaz, ni quiero, atarme a un cliché. A medida que le dedicas horas, sientes que te vas profesionalizando y que puedes sorprenderte a ti mismo. El expresionismo es una cosa que tiene un sabor fuerte pero lo estoy suavizando… ¿Algo que añadir…? Asocio mi incorporación al mundo de la pintura con un cambio de mente y de vida. Me gusta estar pintando; para mí no es un fin, el fin es la vida, pero quiero experimentar y la pintura me ayuda con eso. La utilizo como un ejercicio de creatividad con los colores, las formas y los materiales. Me gusta escribir también, de hecho he publicado un libro de poemas, pero de momento siento que debo concentrarme en la pintura.
– entrevista por Astrid Jacomme –
Pingback: ENTREVISTA @ Joan Parramon